Tan solo de pensarlo, la idea de comprar un auto nuevo es emocionante. A todos nos gusta estrenar, y qué mejor que hacerlo recorriendo las primeras millas del modelo de tus sueños.

En los últimos años, los problemas en las cadenas de suministro y la escasez de piezas automotrices hicieron realmente difícil que los vehículos pudieran llegar a los concesionarios. Con la recuperación económica y la reactivación de actividades, muchos de ellos están ofreciendo planes atractivos para que puedas hacerte del carro que tiene la marca, el color y el equipamiento que siempre has deseado, pero, ¿Qué tan buena idea es usar tu dinero en eso?

Lo primero que debes saber, es que aunque la compra de un automóvil pueda ser costosa como cuando montas un negocio o empiezas a pagar tu casa propia, en este caso no significa que se trate de una inversión. A diferencia de estos ejemplos en los que cuando gastas una gran cantidad de dinero esperas recibir rendimientos a cambio, el auto puede considerarse como un activo, pero nunca como una propiedad capaz de hacer que tu dinero crezca.

Basta con firmar los documentos, recibir la llave y sacarlo de la concesionaria para que el carro, aunque sea nuevo, pierda en promedio un 27% de su valor. Luego, año con año irá perdiendo mínimo el 10% de la cotización que tú originalmente pagaste (el porcentaje de pérdida de valor aumenta si tiene rayaduras, golpes o cualquier otro defecto), sin importar si en el transcurso de esos meses has gastado en su mantenimiento o lo has customizado.

Cuando decimos que un auto nuevo puede considerarse como un activo, es porque, en caso de necesitarlo, podrías venderlo para resolver una emergencia económica; pero aún así, el coche seguirá depreciándose. Así que, es triste pero cierto: lejos de darle más valor a tu dinero, tu auto nuevo te hará perder unos cuantos dólares a medida que pase el tiempo

Por otra parte, sabemos que hacerte de un carro es, más que necesario, indispensable para ti y tu familia. Lo mejor para satisfacer esta necesidad es investigar cuidadosamente todas las opciones, incluyendo la posibilidad de llevar a casa un auto usado que te ofrezcan a buen precio, y por supuesto, en excelentes condiciones. Recuerda que un auto nuevo sufre su mayor pérdida de valor en los primeros tres años de ponerlo a circular, así que puedes buscar un modelo que tenga ese tiempo de antigüedad y comprarlo por una cantidad razonable.

En este caso, te recomendamos definir muy bien tu budget para saber cuánto te ahorrarías al comprar un auto usado, en lugar de usar todo tu dinero o tus posibilidades de deuda en uno de agencia. Luego, lo mejor que podrías hacer es invertir la cantidad restante en otro proyecto o en la compra de otro bien material.

Este cálculo, conocido como costo de oportunidad, puede ayudarte a ver con más facilidad la mejor manera de aprovechar tu dinero, sabiendo que el costo de un carro nuevo al final de cuentas es mucho más alto del que te presenta el vendedor, ya que a la vuelta de unos años terminas de pagar un bien que vale mucho menos de lo que dice tu factura. Mejor, ¡inviértelo y multiplica tu capital!

Otro tema que deberías tener en mente antes de estacionar un nuevo auto en tu garage, es qué tanto deberías destinar a esta compra. Los expertos sugieren que gastes entre el 10% y el 50% de los ingresos anuales, pero el porcentaje debería ser más discreto a medida que tengas otras deudas y préstamos por pagar.

¡Ten cuidado! Infórmate y piénsalo muy bien antes de tomar una decisión, y siempre que debas elegir, procura que tu dinero se multiplique antes que intercambiarlo por apenas unos momentos de emoción y estreno.

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