Una de las situaciones más intimidantes para muchos conductores es el de tener que cambiar una llanta a causa de una ponchadura.
A veces damos por hecho de que las llantas son infalibles o resistentes a todo tipo de impactos. Sin embargo, hay ocasiones en la que vamos por un camino, caemos en un bache que poncha la llanta y el celular no funciona o el servicio del seguro está muy lejos de nuestra ubicación y entramos en preocupación al vernos en la necesidad de cambiar la llanta por nuestra cuenta, pero no tenemos idea de como hacerlo.
Para esas inesperadas ocasiones, Sigo Seguros te da una lista en la que explicamos de manera sencilla paso a paso para que cambies un neumático y lo reemplaces por la llanta de repuesto.
- Primero debes colocar el auto en un lugar seguro y visible. Trata de que sea en una superficie plana, donde te permita realizar maniobras sin poner en riesgo tu integridad.
- Ahora es momento de echar un vistazo en la cajuela para alistar todas las herramientas necesarias para esta labor. Lo primero que deberás identificar es contar con la llanta de refacción, una llave de cruz y un gato hidráulico. En caso de contar con tuercas de seguridad, deberás cerciorarte que tienes el adaptador a la mano.
- Afloja las tuercas. Con la llave de tuercas, dales vuelta hacia la izquierda hasta que rompas su resistencia. Puede que tengas que usar la fuerza de todo el cuerpo o apoyarte sobre un pie para lograr aflojarlas. Afloja las tuercas entre aproximadamente ¼ a 1 ⁄ 2 de vuelta, pero no las quites completamente todavía.
- Una vez que las tuercas están flojas, es hora de levantar el auto con el gato hidráulico. Identifica una parte rígida y firme donde el auto soporte sin dañarse el peso de la propia unidad. Una vez confirmado lo anterior, sube el auto hasta que la llanta tenga una distancia de 10 centímetros del suelo.
- Ya con el coche arriba. Gira las tuercas en sentido contrario a las manecillas del reloj, ahora sí, retirándolas por completo.
- Retira con cuidado la llanta dañada y guárdala en la cajuela para la inspección de un experto. En su lugar, coloca la llanta de refacción, haciendo coincidir los orificios donde se colocarán las tuercas.
- Con la llanta en el centro, procede a poner las tuercas, apretándolas levemente, lo suficiente para que el neumático quede sujeto a la estructura.
- Lentamente y cuidando no dejar herramienta debajo del auto, baja por completo el coche. Ahora sí, con tu llave de cruz aprieta firmemente las tuercas. De este modo, el trabajo terminó, guarda tus herramientas y el viaje puede continuar.
Recuerda que la función principal de las llantas es permitir un contacto adecuado por adherencia y fricción con el pavimento, posibilitando el arranque, el frenado y la dirección, para lograr tenerlas en buen estado conoce algunos consejos para el cuidado de las llantas.
Presión de aire del neumático
Comprueba la presión de aire de los neumáticos por lo menos una vez al mes o antes de un viaje largo. Una llanta puede tener baja la presión sin que se aprecie físicamente. Es recomendable que realice una calibración de la llanta con frecuencia para mayor tranquilidad.
Profundidad del labrado
Es importante comprobar la profundidad del dibujo o el labrado de los neumáticos y revisar el nivel de desgaste por lo menos una vez al mes. Los neumáticos deben cambiarse cuando la altura del labrado está en el mínimo de 1,6 milímetros. Conducir con un nivel inferior a este afecta la adherencia y la seguridad.
Válvulas
Por motivos de seguridad es recomendable cambiar las válvulas de las llantas cada vez que se cambie de llantas. La válvula es la encargada de conservar la hermeticidad, soporta la presión y se desgasta gradualmente por las fuerzas que se generan en la rueda.
Alineación
Si la alineación es correcta, la duración de los neumáticos se verá reducida de forma gradual y además, se reducirá el consumo de combustible. Si golpea la llanta con el andén o pasa por un bache con cierta violencia, el paralelismo de las ruedas podría verse afectado sin darse cuenta.
El desgaste irregular de la banda de rodadura de la llanta puede ser un indicador de que debe realizar el proceso de alineación a su vehículo.
Balanceo
El balanceo evita el desgaste prematuro de las llantas y protege de paso la suspensión, la dirección y la transmisión, mejorando de forma significativa el confort en el volante y en la marcha. El balanceo debe realizarse cada vez que se cambia la llanta y en conjunto con la alineación para obtener un mejor resultado.
Rotación de llantas
La rotación no es más que intercambiar las llantas entre los ejes delantero y trasero. Para alargar la duración de las llantas es recomendable cambiarlas incluyendo la llanta de repuesto por lo menos cada 10.000 o 15.000 kilómetros.
Con estos simples consejos, podrás mantener en mejor condición tus neumáticos y posiblemente mantenerte libre de un accidente. ¡Sigo Seguros Está Siempre Contigo!