Los mecánicos son esos hábiles artesanos que convierten los problemas de tu vehículo en sus desafíos personales. Pero, atención, no todo es brillo y glamour en el taller; hay errores que hasta el mecánico más experimentado puede cometer. Enseguida abordaremos esos secretos bien guardados y exploraremos las peripecias que ocurren bajo el capó.

No realizar un diagnóstico completo:

Hablemos del error número uno: saltarse el paso del diagnóstico completo. Es como querer curar un resfriado sin saber qué virus lo causó. Si tu mecánico se lanza directamente a la reparación sin pasar por el quirófano de la diagnosis, prepárate para una receta de pócimas mágicas que podría no resolver nada. Así que, ya sabes, asegúrate de que tu auto tenga su sesión de terapia automotriz antes de cualquier intervención.

Indagar sobre la historia del auto y reparaciones anteriores:

Imagina que tu auto tiene un pasado tumultuoso lleno de arreglos y percances. Tu mecánico debería ser como un detective investigando un caso antiguo de la mafia, buscando pistas y secretos en cada rincón de ese motor. Conocer la historia de tu vehículo podría ahorrarte disgustos y gastos excesivos.

Realizar pruebas de carretera es muy útil para el mecánico de tu auto:

Es como si un chef no probara su propio guiso antes de servirlo. Realizar una prueba de carretera no sólo es divertido para el mecánico (¿a quién no le gusta dar una vuelta?), sino que también puede revelar problemas que de otra manera se esconderían en las sombras del garaje. Así que, la próxima vez que tu mecánico termine de ajustar tu auto, dile que se suba y dé una vuelta.

Hacer reparaciones rápidas en favor del cliente:

¿Quién no ama cuando las cosas se hacen rápido? Pero, cuando se trata de arreglar autos, la paciencia es una virtud. A veces, una solución rápida sólo es un parche temporal que puede explotar en tu cara más adelante. Así que, la próxima vez que te ofrezcan un arreglo exprés, piénsalo dos veces. A veces, la lentitud es la clave para una larga relación entre tú y tu auto.

Utilizar repuestos de calidad puede evitar dolores de cabeza:

Algunos mecánicos, en un intento por ser amigables con tu billetera, optan por piezas de segunda. Pero, el refrán de la abuela que dice que "lo barato sale caro" aplica en el mundo de los autos. Invertir en repuestos de calidad puede evitar que tu auto te mire con ojos tristes y te deje plantado en la carretera cuando menos lo esperas. Así que, dile a tu mecánico que deje de hacer experimentos y que tu auto merece lo mejor.

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